Desde
los años 60 del pasado siglo XX la ciencia administrativa viene buscando la
forma de mejorar los procesos administrativos a través de la evaluación de la
calidad de los servicios públicos, del funcionamiento de las administraciones públicas
y de la implementación de políticas públicas.
La
evaluación ha logrado alcanzar un alto grado de importancia a la hora de
diseñar políticas y procesos de reforma administrativa. En este contexto surgen
los modelos de excelencia que propician la evaluación de la calidad de las
administraciones públicas, con el objeto de mejorar su rendimiento y
funcionamiento.
Como
no podría ser de otra manera, existen diversos modelos adaptados a las
circunstancias del lugar y época en que son utilizados. En Latinoamérica el
modelo más extendido es el FUNDIBEQ, en Europa el modelo de referencia es el
EFQM, pero existen otros muchos modelos como el ISO, CAF, SPEYER, etc.
En
el Estado Español la evaluación de la calidad de las organizaciones se realiza
sobre todo a través de los modelos EFQM, CAF y el modelo EVAM. Desde 1999 el
Ministerio de Administraciones Públicas viene implementado la evaluación
organizativa a través de la aplicación del modelo referencial europeo EFQM. Ese
mismo año se diseñó un guía de autoevaluación, dirigida a los gestores
públicos. También se utiliza el modelo CAF (Common
Assessment Framework), resultado de la cooperación de los ministros
responsables de las administraciones públicas de la UE. Este modelo fue por el
Grupo de Servicios Públicos Innovadores (IPSG) de la Red Europea de
Administración Pública (EPAN), en el cual participa el Ministerio español a
través de la Agencia de Evaluación y Calidad.
Sin
embargo, España es un país de corta tradición evaluadora por lo que se encontró
con el problema de la iniciación y falta de datos internos contrastables. Los
modelos CAF y EFQM son bastante complejos y necesitan de una gran cantidad de
datos que en algunas ocasiones no se disponían en las organizaciones públicas
españolas. Se hizo necesario buscar fórmulas adaptativas en busca de un modelo
más sencillo para experimentar con los niveles iniciales de la evaluación. En
este contexto se desarrolla el Modelo de Evaluación, Aprendizaje y Mejora
(EVAM). “El modelo EVAM constituye una
herramienta sencilla y asequible de diagnóstico de las organizaciones, por ello
se ha previsto su aplicación en aquéllas que no han tenido un contacto previo
con la gestión de la calidad, pudiendo ser utilizado a modo de autoevaluación o
autoevaluación asistida.” (Álvarez Cano,
Hidalgo Gómez, Ruiz López, & alii, 2009, pág. 19)
El
marco legal sobre el que se desarrolla el modelo EVAM se inserta en la
RESOLUCIÓN de 6 de febrero de 2006, de la Secretaría General para la
Administración Pública, por la que se aprueban directrices para el desarrollo
de los programas del marco general para la mejora de la calidad establecido en
el Real Decreto 951/2005, de 29 de julio. La resolución además de reconocer
este modelo como sistema de evaluación también reconoce una guía para su
implementación.
“El Modelo EVAM constituye una metodología
propia desarrollada en base a las experiencias acumuladas en procesos de
autoevaluación y Modelos de referencia aplicados en la Administración Pública
(EFQM, CAF, ISO, etc.) que permite realizar un diagnóstico organizacional
(puntos fuertes, áreas de mejora, etc.) y además asociar actuaciones concretas
para favorecer la mejora continua y valorar la madurez organizativa para
planificarlas líneas de actuación” (Ruiz López, 30 oct.-2 nov. 2007) . Combina técnicas de
investigación cualitativa y cuantitativa y queda estructurado en ejes, aspectos de evaluación y cuestiones.
Los ejes son los factores críticos básicos del funcionamiento de una
organización, contemplándose 5 ejes principales y 1 transversal que siguen la
lógica PDCA (Planificar, Desarrollar, Controlar, Actuar). Los aspectos son 16
subdivisiones que componen los ejes evaluadas mediante un cuestionario. Las
cuestiones son propuestas orientativas de evidencias a analizar durante la
evaluación integradas en un cuestionario de evaluación.
Fuente: Álvarez Cano, V., Hidalgo Gómez, C., Ruiz López, J. (., & alii, e. (2009). Guía de evaluación Modelo EVAM. Madrid: AEVAL. |
En
la guía de aplicación del modelo EVAM se hace además una serie de
recomendaciones para implementar el modelo en dos etapas en aquellas
organizaciones sin experiencia anterior de evaluación.
El
proceso de evaluación a través del modelo EVAM se inicia con una fase previa
cuyo objeto es sensibilizar al personal público del carácter servicial
de la Administración Pública a la sociedad. La siguiente fase es conseguir la implicación
visible de los directivos a efectos de liderazgo en el proceso de
mejora. A continuación, debe designarse un equipo directivo del proceso,
compuesto por personal externo o interno especializado en la materia. Designación
del equipo evaluador –previamente formados en la materia-. Seguidamente ha de realizarse una aproximación
a la evaluación de cada uno de los Ejes. Finalmente el equipo evaluador
analiza las respuestas y realiza un esquema sobre los resultados obtenidos.
Para
implementar este modelo se elaboró la Guía
de Evaluación. Modelo EVAM. Esta publicación está compuesta por la guía –
descripción del procesos y metodología-, un cuestionario de evaluación, un
documento marco de actuación y un conjunto de manuales de actuación.
En
esta web http://cv.inap.es/web/banco-practicas-gobiernos-locales/areas-de-gestion%20
se encuentran los entes administrativos que han recibido de la AEVAL la
certificación de excelencia con el Modelo EVAM.
RECURSOS
UTILIZADOS.
Álvarez Cano, V., Hidalgo Gómez, C., Ruiz López, J.
(., & alii, e. (2009). Guía de evaluación Modelo EVAM. Madrid:
AEVAL.
Ruiz López, J. (30 oct.-2 nov. 2007). El Modelo de
Evaluación, Aprendizaje y Mejora. XII Congreso Internacional del CLAD
sobre la Reforma del Estado y de la Administración Pública. Santo Domingo
(República Dominicana).
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